Una charla con el multicampeón español de motociclismo, que pone su experiencia en el rally raid al servicio de pilotos y aficionados: “¿El FenekRally? Una aventura técnica, pero sobre todo humana”.
Desde 1985 hasta hoy ha cruzado dunas, desiertos y miles de kilómetros de pistas en todo el mundo. Hoy, Jordi Arcarons, ex piloto nacido en 1962, es el embajador del FenekRally, el rally raid que se celebrará del 15 al 23 de noviembre en Marruecos, y sobre todo un referente para quienes quieren adentrarse en el mundo de las competiciones motoras. Le pedimos al multicampeón de las dos ruedas que nos contara cómo ha evolucionado este deporte, las lecciones aprendidas en el desierto y el mensaje que quiere transmitir a las nuevas generaciones.

Jordi, ¿cómo has visto evolucionar el rally raid a lo largo de los años, tanto desde el punto de vista técnico como humano?
Ha habido una evolución enorme. Cuando empecé, en 1985, el rally raid era una auténtica aventura: una brújula, un roadbook, un cuentakilómetros y a lanzarse al desierto africano, en solitario, con etapas que podían superar los mil kilómetros. El riesgo de perderse era real, y muchas veces pasaban días sin saber dónde estaba un piloto. Luego llegó la tecnología, primero con el GPS, luego con los sistemas de seguimiento. Hoy la organización sabe en todo momento dónde están los participantes, y eso ha aumentado mucho la seguridad. El rally se ha vuelto más técnico, más controlado. Menos “aventura salvaje”, pero aún capaz de ofrecer emociones reales.
Hoy eres embajador del FenekRally. ¿Qué te motivó a asumir este papel?
Cuando me retiré de la competición, en 2002, decidí que quería seguir trabajando para ayudar a los demás y compartir mi pasión por esta disciplina. El FenekRally es el entorno perfecto para eso: está pensado para todos, pero con especial atención a los amateurs. Intento poner mi experiencia al servicio de los pilotos, darles consejos y apoyo. Me gusta ayudar a quienes se acercan por primera vez a este mundo.
¿En qué se diferencia el FenekRally de otros eventos similares?
En el enfoque humano. La organización se preocupa por las necesidades de cada participante. Te acompañan, te apoyan, te hacen sentir parte de algo. Las etapas son variadas, técnicas pero accesibles. Es un rally que apuesta por la inclusión, por hacer vivir la experiencia, no solo por el rendimiento.
¿Qué espíritu debería tener quien decide inscribirse al FenekRally?
Un espíritu de desafío personal, no de rivalidad. En los rallys hay un fuerte espíritu de equipo, mucha solidaridad. Hay que saber respetar los propios límites, escuchar al vehículo, dar prioridad a la seguridad. Quien llega al final, y lo hace con equilibrio, ha ganado su carrera. Ese es el verdadero espíritu del rally.
¿Qué te gustaría transmitir a los jóvenes pilotos y a los aficionados que están empezando?
Que el rally no tiene que ser una experiencia de sufrimiento, sino un desafío apasionante. Tienes que aprender a superarte, a reaccionar ante los imprevistos, a terminar una etapa con satisfacción, aunque haya sido dura. El mensaje es este: participar, mejorar y disfrutar. El rally es un viaje interior, además de una competición.
¿Y qué consejo darías a quien sueña con empezar hoy?
Que empiece con calma, paso a paso. El rally raid no se aprende en un día, es como un idioma: se necesita tiempo, práctica, experiencia. Es mejor comenzar con eventos más sencillos, ganar experiencia, aprender cómo funciona el roadbook, cómo gestionar las dificultades. Y sobre todo, no tener prisa. Todo llega a su tiempo.
¿Hay alguna enseñanza en particular que te haya dejado el desierto?
Sí, que el desierto no perdona. Si no estás preparado, tarde o temprano pagas las consecuencias. Hay que anticiparse a las situaciones, entrenar, revisar cada detalle del vehículo y de tu condición física. Hay problemas que se pueden resolver y otros que no, así que la única forma de enfrentarlos es estar bien preparado. Es una lección que también sirve para la vida.
En tu opinión, ¿el rally raid sigue siendo hoy una auténtica aventura o se ha convertido solo en un deporte técnico?
Ha cambiado, sí, pero no ha perdido su esencia. Claro que ahora es más seguro, más regulado, pero sigue sacándote de tu zona de confort. Te pone a prueba, te empuja a superar tus límites. Todavía existe ese espíritu de exploración, el deseo de descubrir, el contacto con entornos extremos. Así que sí, el rally raid sigue siendo una aventura. Una aventura real, pero inteligente, en la que la preparación vale más que el coraje.